EL CONCEPTO Y LOS DISCURSOS
Peronismo, una cáscara vacía?
Los primeros años de gobierno Peronista fueron
los momentos en donde el movimiento dio
sus pasos conformándose como tal,
logrando sentar sus bases y autodefinirse, siendo para la época, e incluso
para el presente, una bisagra en la política Argentina. Hoy cuando escuchamos
la mención al “peronismo”, la obviedad histórica parece imponerse, pero cuando
es revindicado por posturas
antagónicas, ¿ hay versatilidad o manipulación del concepto?
El peronismo en sus dos primeros gobiernos
construye una imagen que amalgama modelos de gestión con reivindicaciones de
valores, especialmente de los trabajadores, fomentando políticas de derechos
laborales, convenios colectivos de trabajo, crecimiento de los sindicatos,
participación femenina e independencia económica. Los anti peronistas por su parte agregan cualidades
“neofascistas” y falta de democracia a dicho gobierno basado en los manejos
respecto de la oposición y el origen militar del líder.
Hoy, tenemos un movimiento ya asentado en
un concepto claramente caracterizable, el kirchnerismo, y apoyado en los
valores “Peronistas”. Y por otro lado, una oposición, el PRO, en donde su líder
Mauricio Macri es un empresario y claro referente de las elites del país, pero
que también incluye en su discurso político al Peronismo reivindicando sus
logros sociales y ciertos valores fundantes.
El Peronismo, parece no solo haber sido el
inicio de una nueva etapa política de la Argentina, sino también un límite de
referencia desde el cual, durante muchos años, movimientos, políticos y
partidos se definían de un lado o de otro, más cerca o más lejos. Sin embargo,
nos encontramos hoy con partidos claramente antagónicos, pero que por alguna
razón entienden que en el discurso político mencionar positivamente al
peronismo vale, convirtiendo así al concepto en una cáscara para rellenar a
gusto.
Es probable entonces que hoy TODOS coincidan en
una mirada positiva hacia el movimiento nacido en el 45, o bien existe cierta
ganancia marketinera en la utilización del concepto en los discursos
partidarios opuestos, más que una autodefinición ideológica. El peronismo vale y vale todo.